Actualmente
nuestra forma de ver esta ligada a la
enorme cantidad de imágenes que consumimos ya sean fotográficas, filmes o
televisivas. Ese exceso de atropello visual, del brillo de lo espectacular ha
empañado nuestra visión y con ello disminuido nuestra habilidad para ver el
mundo. El ser humano dispone de capacidades limitadas tanto en la percepción
como en el conocimiento. Necesita tiempo para asimilar y comprender, incluso
tiempo para ver. Mientras esto sucede los valores jerárquicos actúan como un
filtro que ordena la información.
Me interesa las
posibles relaciones con nuestra manera de entender, aproximar y conocer lo que
percibimos como realidad dentro de ese grado de invasión visual al que nos
vemos sometidos. Las cosas son, pero ¿hasta qué punto somos conscientes de esa
construcción? ¿Qué grado o nivel de conocimiento alcanzamos respecto a nuestro
propio entorno, nuestra propia realidad? ¿Cuántas capas superpuestas esconden
aspectos importantes susceptibles de ser desvelados? Todas estas son preguntas
que hablan de nosotros, el mundo que construimos, cómo lo queremos y cómo lo
vivimos.
Adrián González, "El azul piensa en sí mismo". Óleo/acrílico sobre tela. 150 x 120 cm. 2012.
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